El pleito federal radicado por la pareja de activistas lesbianas Ada Conde e Ivonne Álvarez (casadas en Massachusetts) no solo persigue que en nuestro País se reconozcan los matrimonios de personas del mismo sexo efectuados en otras jurisdicciones de los Estados Unidos. Busca, además, que se declare inconstitucional el Artículo 68 de nuestro Código Civil, que establece el matrimonio como unión entre un hombre y una mujer.
De ellas tener éxito en su pleito, en Puerto Rico se reconocería como “derecho” legal el “matrimonio” entre personas del mismo sexo (y, por ende, la adopción de niños por dichas parejas, entre otros privilegios y “derechos”). Con ello, es de esperar que en las escuelas se adelante la enseñanza de que el matrimonio heterosexual y el homosexual son equivalentes. Cualquier floristería, repostería, hostería, casa fotográfica, etc., que vacile, por convicciones religiosas o morales, en ofrecer sus servicios en la celebración de dichas “bodas” serían objeto de demandas. Esto ya ha sucedido en las jurisdicciones en las que se ha legalizado el “matrimonio” homosexual. Empresarios, profesionales o líderes religiosos, como maestros, sicólogos, trabajadores sociales, predicadores, directores espirituales, consejeros, pastores y sacerdotes, se ven amenazados simplemente por apoyar las virtudes del matrimonio como unión entre un hombre y una mujer.
Aun los empleados y gerentes de empresas privadas están bajo la picota solo por respaldar la definición del matrimonio natural. En estos días hemos visto cómo Brendan Eich, creador del lenguaje de programación JavaScript, y cofundador y recién nombrado director ejecutivo (CEO) de la compañía Mozilla (del navegador o “browser” Firefox), se vio presionado a renunciar por el mero hecho de haber donado $1000 en 2008 a favor de la Proposición 8 (que definía el matrimonio como unión entre un hombre y una mujer en el estado de California).
Veamos otros casos:
La florista Barronelle Stutzman del estado de Washington ha sido objeto ya de dos demandas porque sus creencias cristianas le han impedido proveer el servicio de flores para dos “bodas” entre personas del mismo sexo.
La repostería Sweet Cakes by Melissa de Oregon fue objeto de demanda por una pareja de lesbianas porque, por sus creencias cristianas, se negó a venderles el bizcocho de “bodas.” Enfrenta miles de dólares en multas por el alegado “discrimen.”
La hostería Wildflower Inn de Vermont tuvo que pagar $30000 entre multas y otros cargos por rehusarse a servir como lugar para la recepción de “bodas” de una pareja de lesbianas. Se vio obligada a cerrar su negocio de recepciones.
Elane Photography, de los esposos Jonathan y Elaine Huguenin de Nuevo México, tuvo que pagar $7000 en cargos civiles a una pareja de lesbianas por rehusarse, por convicciones cristianas, a brindarles el servicio de fotografía en su ceremonia de “compromiso.”
¿Es esto lo que queremos para nuestro País? ¿Y los derechos de los creyentes? ¿Y la libertad de expresión, de pensamiento y de conciencia? Las parejas homosexuales que llevaron los pleitos tenían otras opciones de floristería, de repostería, de hostería, de fotografía. No iban a carecer de dichos servicios. Por ejemplo, en el caso de Elane Photography, las mujeres encontraron fácilmente, y a un precio más bajo, el servicio fotográfico que deseaban. ¿No son estos casos una clara intimidación hacia aquéllos que ejercen sus derechos fundamentales a la libertad religiosa y de conciencia? ¿No son una violación de estos derechos? ¿No representan una imposición injustificada, con el aval del Estado, sobre los demás?
Los casos anteriores son solo un puñado de las recientes y numerosas demandas que han surgido en los Estados Unidos. Ni hablar de los millares que también han surgido en otros países.
No seamos ingenuos. Nos venden el “matrimonio” entre personas del mismo sexo como un asunto de “igualdad”, de “no discrimen.” Sin embargo, realmente encierra la desigualdad, el menosprecio y el discrimen contra una gran mayoría de personas en virtud de sus posiciones religiosas y morales. Redefinir el matrimonio no sólo viola la ley natural — la diferencia y la complementariedad biológicas y sicológicas entre el hombre y la mujer; el fin de procreación y educación de los hijos, etc. Priva, además, a los niños de tener un padre o una madre y de las condiciones ideales para su pleno desarrollo. El matrimonio natural beneficia a la sociedad. Por ende, al Estado le compete propiciarlo. El Estado no debe legitimar ni reconocer como “derechos” comportamientos o arreglos contrarios a la recta razón y el bien común.
Por otro lado, ¿dónde están los autonomistas que critican duramente toda intervención federal en los asuntos domésticos de nuestro País? ¿Dónde están los amantes de la Patria que resienten cuando las autoridades federales conducen operativos en nuestro suelo o imponen su juicio legal (como la pena de muerte para ciertos delitos) en asuntos que entienden le competen a nuestra jurisdicción? ¿Es la redefinición del matrimonio de un plumazo por la vía legal federal sin que se escuche el sentir de nuestro Pueblo (como el referéndum que proponía la Resolución 99, que habría elevado a rango constitucional la noción del matrimonio como unión entre un hombre y una mujer) un asunto de menor alcance?
Recordemos que recientemente el Tribunal Supremo Federal (United States v. Windsor, junio 2013) ha reiterado que le compete a los estados — y no al gobierno federal — definir el matrimonio. Es decir, en el caso de Puerto Rico, le corresponde a éste definir el matrimonio. Así lo hace en el artículo 68 de nuestro Código Civil: “El matrimonio es una institución civil que procede de un contrato civil en virtud del cual un hombre y una mujer se obligan mutuamente a ser esposo y esposa, y a cumplir el uno para con el otro los deberes que la ley les impone.”
Exijamos al Gobernador (Hon. Alejandro García Padilla), al Secretario de Justicia (Hon. César Miranda) y a la Procuradora General (Lcda. Margarita Mercado) que defiendan nuestro estado actual de derecho sobre el matrimonio. Exijamos que no se hagan cómplices del tsunami moral y social que su inacción facilitaría. Exijamos que no se presten a que maniobras legales socaven la base de toda sociedad: la familia natural.
¡Escríbeles al Gobernador, al Secretario de Justicia y a la Procuradora General! ¡Déjales saber tu posición! ¡Exprésate en blogs y en tus círculos sociales! ¡Asiste a la marcha de este lunes 21 de abril a las 4:00pm frente a la Corte Federal en la Ave. Chardón en la que levantaremos nuestras voces — claras, unidas y fuertes — por la defensa del matrimonio como unión entre un hombre y una mujer!
Hon. Alejandro García Padilla, Gobernador
Office of Governor
La Fortaleza
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San Juan, PR 00902-0082
Phone: 787/721-7000
Fax: 787/721-5072
Hon. César Miranda, Secretario de Justicia webmail@justicia.pr.gov
Lcda. Margarita Mercado, Procuradora General webmail@justicia.pr.gov
Fuente: Fieles a la Verdad
http://fielesalaverdad.org/el-matrimonio-bajo-el-plumazo-legal/